01 septiembre, 2008

GASTRONOMIA


La palabra Gastronomía aparece por vez primera a principios del siglo XIX; está formada por la unión de dos palabras de orígen griego: "gaster" que significa vientre, y "nomos" que significa ley o regla. La Gastronomía es la conjunción de un arte y una ciencia, y así como un músico necesita conocer las técnicas indispensables para interpretar una melodía, el gastrónomo deberá conocer las técnicas adecuadas para elaborar un platillo. Un músico se distingue de otro por el arte que posee para interpretar, así también un gastrónomo se distingue del resto por el arte que tiene para crear sus platillos, como decía Francois Vatel célebre gastrónomo francés en la época de Luis XIV: "Un platillo debe tener armonía y contraste".
Brillat Savarín, importante gastrónomo del siglo XVII que estableció junto con otros los fundamentos de la moderna cocina francesa, comenta dentro de su libro "Fisiología del Paladar", aforismos como los siguientes:
"Dime lo que comes y te diré lo que eres"
"Quien recibe a sus amigos y no se toma ninguna molestia personal por la comida que se prepara, no es digno de tener amigos".
"Convidar a una persona es encargarse de su bienestar durante todo el tiempo que esté bajo nuestro techo".
La Gastronomía nos introduce al conocimiento de las diferentes culturas y civilizaciones, a través de ella entendemos el porqué de una Cocina Francesa que utiliza sus recursos al máximo, o el porqué de una Cocina Oriental que siempre busca un balance entre la armonía del cuerpo y el espíritu, y que decir de nuestra maravillosa Cocina Mexicana: fusión de dos culturas que dio como resultado una de las más exquisitas, complejas y coloridas catalogada hoy en día como de las mejores del mundo.
La Gastronomía nos ayuda también a ejercitar algunas virtudes, por ejemplo:
La Humildad: pues en cuantas ocasiones un platillo ha fallado cuando pensábamos que teníamos todo bajo control.
La Laboriosidad: ya que bien sabemos que el trabajo de una cocina es exhaustivo.
El Orden: si no lo seguimos, la receta simplemente no resulta.
La Fortaleza: sin ella no podríamos vencer las dificultades que se presentan.
La Paciencia: para practicar y practicar hasta lograr los resultados esperados.
La Responsabilidad: al asumir la consecuencia de nuestros actos.
La Generosidad: Para preparar los alimentos con alegría para los demás teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de nuestra aportación para esas personas, aunque nos cueste un esfuerzo.
La Prudencia: Para trabajar con criterios rectos y verdaderos.
Quien verdaderamente ama preparar alimentos guarda en su corazón aromas y sabores de los alimentos elaborados, la fatiga mezclada con la satisfacción al haber logrado preparar el platillo como se requería o bien la impotencia cuando las cosas no salieron como se esperaba, y por ese amor a la Gastronomía se debe adquirir nuevos conocimientos, profundizar en los conocimientos adquiridos, practicar ya que como bien se sabe la práctica hace al maestro, y por último poner los conocimientos adquiridos al servicio de los demás. De nada sirve tener un gran cúmulo de conocimientos si no sabemos SERVIR al prójimo.

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