¿A qué sabe Istambul?
Sabe a temor mal infundado por fanáticos religiosos, pero una vez en ésta tierra, se percibe una hospitalidad que poco a poco te va envolviendo y termina por conquistar.
Comenzando por un té de manzana aromática que así sin más ni más, te ofrecen en cualquier establecimiento, y que hace que te identifiques con ésta cultura tan diferente, pero a la vez tan similar, ya que al final del día, somos seres humanos que en todas partes, nos comportamos de la misma manera.
Istambul sabe a personas profundamente identificadas con sus creencias religiosas, sabe a hermosas Mezquitas que salpican la ciudad con aroma a Bósforo, a castañas asadas y a narguillas; sabe a gente apresurada, a comerciantes que sonríen mostrando dentaduras manchadas y sin piezas, pero que con gran amabilidad te preguntan tu origen y tratan de hablar tu idioma.
Sabe también a gatos, a muchos gatos, y a Sultanes que en otras épocas vivieron una opulencia insultante y dolorosa para un pueblo pobre, como en Dolma Bahtché
Pero más que nada, Istambul sabe a Humus, a Aceite de Oliva, a Hojas de Parra rellenas, a Tabule, a deliciosas aceitunas verdes y negras, a Yoghurt, a Baclavá, a Cordero, Pescado y Pollo, a Cous cous y Arroz Pilaf, a Berenjenas, Jitomates, Pimientos de colores, Calabazas, Pan pita, Dulces típicos, jugo de Kiwi, Higos y a exóticas especias...
En fin, Istambul sabe a Vida!!!
Sabe a temor mal infundado por fanáticos religiosos, pero una vez en ésta tierra, se percibe una hospitalidad que poco a poco te va envolviendo y termina por conquistar.
Comenzando por un té de manzana aromática que así sin más ni más, te ofrecen en cualquier establecimiento, y que hace que te identifiques con ésta cultura tan diferente, pero a la vez tan similar, ya que al final del día, somos seres humanos que en todas partes, nos comportamos de la misma manera.
Istambul sabe a personas profundamente identificadas con sus creencias religiosas, sabe a hermosas Mezquitas que salpican la ciudad con aroma a Bósforo, a castañas asadas y a narguillas; sabe a gente apresurada, a comerciantes que sonríen mostrando dentaduras manchadas y sin piezas, pero que con gran amabilidad te preguntan tu origen y tratan de hablar tu idioma.
Sabe también a gatos, a muchos gatos, y a Sultanes que en otras épocas vivieron una opulencia insultante y dolorosa para un pueblo pobre, como en Dolma Bahtché
Pero más que nada, Istambul sabe a Humus, a Aceite de Oliva, a Hojas de Parra rellenas, a Tabule, a deliciosas aceitunas verdes y negras, a Yoghurt, a Baclavá, a Cordero, Pescado y Pollo, a Cous cous y Arroz Pilaf, a Berenjenas, Jitomates, Pimientos de colores, Calabazas, Pan pita, Dulces típicos, jugo de Kiwi, Higos y a exóticas especias...
En fin, Istambul sabe a Vida!!!