Curioso nombre de este budín, que de pobre no tiene nada.
Pobre el paladar que no sabe apreciar esta delicia culinaria, cuyos ingredientes son de la mejor calidad, y cuya creación es de lo más ingeniosa, ya que su creador tuvo una mente administrativa, y aprovechó sus recursos de una manera eficiente, evitando el desperdicio.
Y es que el ingrediente por el cual éste postre adoptó esa aparente pobreza, se llama: "bolillo duro", o sea pan de caja que ha perdido su frescura, más no sus cualidades, y que al agregarle: leche, huevos, azúcar, Jerez dulce, canela en trozo y pasitas, en las proporciones adecuadas y horneado necesario, logra transformar el pan duro en un budín cuyo aroma y sabor no tiene comparación.
Sugiero servir con una crema inglesa, y acompañarlo con un buen café aromático.
El budín de pobre, es más bien manjar de rico...
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