Con la única con la que no podemos perder nuestros sentidos cuando nos enamoramos, es con la Gastronomía. De hecho, mientras más nos enamoramos de ella, más se desarrollan nuestros sentidos, y sin ellos la Gastronomía no tendría sentido, es más, ni siquiera se llamaría Gastronomía.
Veamos, de qué hablo ahora:
EL OLFATO: a través de los deliciosos aromas que despide la Gastronomía, logra llamar la atención de cualquiera, o acaso cuando percibes el aroma del pan horneado o del ajo dorándose en aceite de oliva, ¿No quisieras que tu olfato te llevara hasta el preciso lugar donde se están preparando dichos alimentos?
EL TACTO: A través de él, es posible detectar si una fruta está podrida, si un pastel ya se coció, si una pasta está al dente, o si un filete alcanzó su punto.
LA VISTA: Poderosa arma de la Gastronomía, como una bella dama, logra enamorar a través de apetitosos platillos a los cuales es difícil resistirse.
EL OÍDO: Me indica si mis alimentos se están cocinando en un fuego arrebatado, o si la fritura de mi arroz ya alcanzó su punto.
Estos cuatro hechiceros, preparan el camino para el grande de los grandes: EL GUSTO, maravilloso sentido sin el cual uno de los más grandes placeres de la vida, no se podría disfrutar: El Buen Comer!!!
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