17 junio, 2010

ENSALADA DE SURIMI CON VINAGRETA DE PIÑA Y CHILE MORITA








INGREDIENTES:
4 porciones
1 pieza de lechuga mini francesa
6 trozos de surimi de cangrejo
1/2 taza de piña fresca picada
1 diente de ajo
2 chiles morita limpios
c/s de sazonador
c/s de sal y pimienta
1/2 taza de aceite de oliva
1/3 de vinagre de manzana
1.- Rebanar los trozos de surimi de cangrejo, reservar en el refrigerador.
2.- Limpiar y desinfectar la lechuga, escurrir.
3.- Licuar la piña, el ajo, el vinagre, el sazonador, el chile morita, la sal y pimienta y mientras se licúa, agregar muy despacio el aceite de oliva (al hilo) hasta que se incorpore perfectamente.
5.- Colocar las hojas de lechuga, el surimi de cangrejo y aderezar con la vinagreta.
Se puede adornar con trozos de aguacate y jitomate cherry.



10 junio, 2010

ENSALADA DE LECHUGA CON FAJITAS DE POLLO AL PIMENTÓN Y ADEREZO ROQUEFORT


El goulash húngaro no existiría sin el pimentón.
Se usa en sopas, salsas, ensaladas, patés, salchichas, salamis, en platos de carne, aves y pescado. Se obtiene a partir de la guindilla roja seca, molida fina.
INGREDIENTES:
4 porciones
1 pieza de lechuga italiana
3 pechugas de pollo aplanadas
c/s de pimentón
c/s de sal y pimienta
100 g de queso azul
1/2 l. de crema ácida
c/s de ajo en polvo
1 C de vinagre de vino blanco
c/s de sazonador en polvo
c/s de aguacate en rebanadas
PROCEDIMIENTO:
1.- Lavar, enjuagar y desinfectar la lechuga cortada en trozos.
2.- Salpimentar las pechugas aplanadas y espolvorear el pimentón hasta cubrirlas perfectamente.
3.- En un sartén muy caliente, rociar aceite y asar las pechugas, dejar enfriar y cortar en fajitas.
4.- Licuar el queso azul, la crema, el vinagre, el sazonador, ajo en polvo y sal y pimienta.
Servir bien fría, bañar con el aderezo de roquefort y acompañar de rebanadas de aguacate o jitomate.

07 junio, 2010

LÁMINAS DE CALABAZA CON MOZZARELLA AL PESTO







INGREDIENTES:
4 porciones
Calabazas japonesas en crudo 3 piezas
Queso mozzarella fresco 250 g
PESTO:
Albahaca picada 1/4 taza
perejil picado 1/2 taza
piñones picados y tostados 1/4 taza
queso parmesano rallado 1/4 taza
ajo picado 4 dientes
aceite de oliva 1/2 taza
PROCEDIMIENTO:
1.- Rebanar finamente la calabaza en crudo.
2.- Asar a la parrilla.
3.- Rellenar con trozos de queso mozzarella fresco
4.- Bañar con el pesto que previamente se integró en el procesador.
5.- Servir frío con guarnición de brunoise de jitomate o pimiento morrón




06 junio, 2010

SESIÓN FOTOGRÁFICA

Sábado 5:50 a.m, suena el despertador y mientras voy despertando, hago conciencia de que HOY es un gran día! (De hecho cada mañana me repetiré la misma frase).
Me doy un regaderazo y salgo apresurada al Salón de Belleza, cita a las 7:00 a.m, para peinado y maquillaje, ya que tengo sesión fotográfica para mi página web y mi libro.
Después de algunos percances, de esos que la vida suele ponernos en el camino para recordarnos que somos humanos, imperfectos y falibles, me dirijo sintiéndome artista de revista, hacia el estudio de Nancy, acompañada de uno de mis asesores, promotor, consultor y cantante favorito, llegando cargados hasta con el perico (bueno casi).
Después de revisar vestuario, equipo e ingredientes culinarios, nos preparamos para iniciar la sesión fotográfica. La idea es hacer algo diferente (soy zurda recuerdas?) y siempre me ha gustado dar un toque personal a lo que hago.
Comienzo la sesión de fotos bastante tensa, pero Nancy quien es una bellísima persona por dentro y por fuera, además de ser una fotógrafa excepcional, se encarga de ayudarme para que juntos (ella, mi asesor y yo) logremos un trabajo extraordinario (espero opines igual que yo).
Lo interesante de esta sesión es que me permitió estar en contacto con los alimentos e ingredientes elegidos, de manera individual y en su estado original o semi procesados, es decir, antes de que la mano humana, metiera su cuchara, al calor del fogón, y esta es la razón por la cual hoy te comparto esta reflexión.
Primeras fotos: Copa de vino tinto en mi mano izquierda, y racimo de uvas en mi mano derecha. Nancy hace sus tomas con todo profesionalismo y por supuesto con música de fondo (siempre la música me acompañará).
Doy algunos sorbos al vino (por aquello de los nervios), un Cabernet Sauvignon que he elegido, el cual disfruto analizando mentalmente y a través de mis sentidos, sus cualidades organolépticas, pero entonces volteo a ver el racimo de uvas que sostengo en mi otra mano y hago conciencia de que sin ese maravilloso racimo de uvas (el cual no Creó el hombre) ningún vino por más espectacular, existiría.
Ahora siguen algunas tomas con manzanas: las observo y a mi mente vienen una serie de ideas para prepararlas, al tiempo de escuchar las instrucciones de Nancy y tratando de seguirlas todavía tensa (otro sorbo de vino). Bellas manzanas, ya les dedicaré una reflexión...
Cambio de música y de vestuario, el alcohol del vino ya me ha aflojado la tensión (como a los zapatos), y siguen algunas tomas recostada en el piso; Yo obediente a las instrucciones de Nancy, me dejo llevar y me relajo tumbada en el piso, tratando de hacer las posiciones que se me indica y pensando: Oh Dios, ya no estoy en edad de estas cosas, mañana no me voy a poder mover... (y en efecto así fue), mientras estoy en mis pensamientos, dos aromas callan a la loca de la casa (así le llamaba Santa Teresa a la mente), y no puedo más que dejarme seducir por este par de bribones maravillosos, que juntos o separados me confieso amante de ellos: el chocolate y la canela!! entonces con la música y estos dos aromas, comenzamos un baile, suave, armonioso, lleno de aromas que nos envuelve, llenando el estudio de una magia que sólo los alimentos y la música pueden lograr.
Y siguen los granos de arroz en su estado original, lleno mis manos de ellos, dejándolos caer continuamente como cascada, mientras Nancy hace sus tomas, una y otra vez, dejando su huella de almidón en mi piel, y regalándome su frescura al tacto, entonces pienso nuevamente: sin el grano de arroz, no habría chefs, ni gourmets, ni glotones siquiera.
Así desfilan: la pimienta de cayena, la cúrcuma, el spaghetti, y uno a uno los percibo, entre mis manos, sintiendo su textura, su aroma, su sabor...
Después de casi 7 horas de sesión fotográfica, terminamos: mi maravillosa fotógrafa, mi cantante favorito y yo, exhaustos, hambrientos, sedientos, y muy satisfechos con el trabajo realizado. En mi caso, con gran humildad y muy consciente, de que sin cada uno de estos fabulosos ingredientes (que el hombre no Creó), yo no podría elaborar ninguna receta por maravillosa o deliciosa que pueda ser, y mi aprendizaje después de esta sesión es: soy gourmet, pero no levito...